miércoles, 29 de abril de 2020

Tiempos de Convivencia

Desde el Servicio Psicopedagógico Municipal ofrecemos una reflexión sobre la comunicación en la familia en estos tiempos de convivencia.


Los momentos que estamos viviendo, nos obligan a permanecer en casa más tiempo del que estábamos acostumbrados. Esta situación está poniendo a prueba, en muchas ocasiones, la Convivencia Familiar, pero también está siendo una oportunidad para mejorar nuestras relaciones y la Comunicación entre las personas que conviven en casa.

El ritmo de vida que llevábamos, hasta hace pocas semanas, se ha parado de golpe. Esto, puede ofrecernos,  nos está ofreciendo, la oportunidad de volver a conectar con nuestros hijos e hijas. Algo que, por el ritmo trepidante que teníamos, se hacía casi imposible.

Es el momento de pararnos y  de practicar esa escucha activa de la que tanto hablamos. De tomarnos tiempo para comunicarnos. De trabajar la empatía, de poner atención a nuestros miedos y también a los miedos de los que compartimos espacio y tiempo.

Es el momento de compaginar trabajos, deberes, juegos, televisión, “maquinitas”, tiempo libre y no vacío…en nuestras casas, a veces muy reducidas, en un tiempo que , a veces, se nos parece muy largo. Donde además nuestras y sus emociones están interactuando continuamente.
Por todo ello, es una buena ocasión para:

  • Observar  las habilidades y debilidades de nuestros hijos e hijas y, sobretodo, trabajar con ellas.
  • Darnos cuenta  que el miedo puede ser una de las emociones más intensamente vividas en estos días. Nuestros hijos e hijas nos ven preocupados. Nos escuchan constantemente hablar de enfermedad, hospital, sanitarios, policía, muerte… Si además no se les permite ir a la calle, estar con sus amigos y amigas, familiares…pueden terminar sintiéndose tristes, frustrados, impotentes.
Cuando nos sintamos sobrepasados por todas estas situaciones, lo mejor es ser honestos, decirles cómo nos sentimos, qué esperamos o necesitamos de ellos y ellas. Así, también, les permitimos, les enseñamos a expresar, a identificar sus emociones y las nuestras, sus miedos y los nuestros, sus frustraciones y las nuestras… y después… nuestro papel es el acompañarles en estas emociones. 

Trabajarlas con cuentos, dibujos, conversaciones (según sus edades).

Así les permitiremos ir identificando lo que están viviendo, lo que están sintiendo. Qué les está pasando a nuestros hijos e hijas y a nosotros como padres y madres.
  • Fortalecer los vínculos entre las diferentes personas que convivimos en nuestra familia.
  • No preocuparse por mantenerles siempre ocupados. Aburrirse no es malo, todo lo contrario.
  • Aprovechar para fomentar valores como la empatía, la responsabilidad, la cooperación, el respeto mutuo, la solidaridad, el respeto de los espacios de cada persona…
  • No ser muy exigentes. Dediquemos tiempo sólo a aquellas batallas que lo merezcan o sean importantes de verdad.

Cuidémosnos y Cuidemos de Nuestras Familias

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